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Parque shale

11/11/2013 | ARGENTINA | Notas Destacadas | 1372 lecturas | 478 Votos



Ya se reservaron todos los lotes disponibles para la industria. Prevén millonarias inversiones.




Aunque aún no está habilitada, cientos de camiones circulan por día a través de la Autovía Norte, en la meseta neuquina. El intenso movimiento anticipa lo que será el nuevo parque industrial de la ciudad, ubicado en unas 300 hectáreas que hoy son puro desierto pero que ya comienza a latir al ritmo del shale. Multinacionales como Schlumberger, Weatherford o Calfrac ya reservaron sus lotes para instalarse en esa zona.

La última en presentar un pedido de reserva fue Siderca, del grupo Techint, que busca ampliar su presencia en la zona. Desde el gobierno provincial estiman una inversión privada de entre 450 y 600 millones de pesos para la próxima década y planean montar una sede de Aduana y una zona logística de cargas.

El interés por las tierras fiscales fue tal que el futuro parque ya está lleno. "Está colapsado, ya no quedan tierras disponibles", explicó el ministro de Desarrollo Territorial, Leandro Bertoya, cuya cartera administra el reparto de terrenos públicos. "Tenemos tantas consultas que hemos decidido ampliar la oferta en otras localidades como Añelo, donde vamos a ofrecer unas 700 hectáreas", indicó el funcionario.

Luego de la polémica que generó el reparto discrecional de tierras en la provincia, se creó un registro de inversores que maneja el Copade. A través del organismo las empresas piden lotes a precios promocionales (unos 15 pesos por metro cuadrado) previa presentación de un proyecto de inversiones. Sólo Schlumberger confirmó que destinará 57 millones de pesos para radicar parte de su infraestructura en la meseta. El resto avanza en diversos proyectos que comenzarán a concretarse la semana que viene.

Pero por ahora los planes sólo figuran en papeles. La zona del nuevo parque shale, un remanente del lote Z1, sigue siendo un vergel de arcilla, matas y jarrillos. Sólo un par de empresas cercó sus lotes y el resto apenas avanza con las mensuras. Además de los pesos pesados de la industria, hay firmas de otros sectores que aspiran a radicarse en la zona. Según pudo saber "Río Negro Energía", figuran entre ellas, Riccobon, Syen Camiones, Crexell, Filo Hua Hum, Clear, Oil (del empresario Cristóbal López) y Tipsa Tubulares. En total, hay más de un centenar de compañías que aspiran a conseguir su lote en las distintas locaciones reservadas para tal fin.

El Estado acompañará la radicación con inversión pública. En principio, llevará los servicios hasta la puerta de los predios. De allí para adentro, serán las empresas las encargadas de distribuirlos. Pero también se apuesta a la creación de una gran playa de maniobras para el transporte pesado, que ocupará unas 40 hectáreas. Allí se buscará "romper carga", para que los grandes camiones no tengan que circular por la ciudad. El lugar incluirá un hotel y paradores especiales para los conductores. YPF planea montar una gran estación de servicios.

Unas 10 hectáreas están reservadas para la construcción de una zona aduanera. Se busca de esta forma facilitar el ingreso de maquinarias, un tema clave que a menudo complica el abastecimiento de las empresas. La intención del gobierno es facilitar el arribo de inversiones, creando herramientas especialmente adaptadas a las demandas del mundo shale. "En la provincia discutimos todo el tiempo el tema del nivel de regalías y las cuestiones impositivas. Tenemos que avanzar en un cambio de enfoque para ver que el dinero del petróleo se quede en la provincia", indicó Bertoya.

Sin embargo, la gran mayoría de las firmas que se radicarán en la zona sólo ampliará bases operativas o comerciales. Una porción escasa de los procesos industriales, los que integran el mayor valor agregado, se realiza en la provincia. Una parte de la explicación puede encontrarse en que la ley de radicación de inversiones es de la década del 70 y sólo fue complementada con decretos y nuevas disposiciones. Contempla exenciones impositivas sin demasiadas diferenciaciones.

Bertoya asumió esa deuda y señaló que se está trabajando para crear una nueva ley, más atenta a las necesidades actuales de la provincia. Pero aclaró que hoy "hay una demanda logística y de servicios muy grande y nosotros tenemos que responder a eso". Coincidió en la apreciación Jorge Visintini, apoderado de Schlumberger. El ejecutivo explicó que la demanda de servicios es cada vez mayor y que la firma se ve obligada a invertir para ampliar su capacidad operativa. En este caso, se busca derivar hacia el nuevo parque shale las actividades con flota pesada, para evitar la circulación de grandes vehículos por zonas urbanas.

EL TRÁNSITO, UNA ASIGNATURA PENDIENTE

El gran movimiento de vehículos pesados que generará el shale en Neuquén ya obliga a las autoridades provinciales y municipales a pensar en qué hacer con el tránsito. En todos los casos, se busca desviar los camiones del sector urbano o bien reforzar los caminos ya existentes para hacer más fluida la circulación. Uno de los proyectos centrales en este sentido es la construcción de la ruta petrolera, que busca extender la autovía de la Ruta 7 hasta el empalme con la 51, que lleva hasta el sur de Añelo. La propuesta ya tiene fondos asignados, unos 400 millones de pesos, y se financiará con parte de los fondos que Nación otorgó a Neuquén tras la firma del acuerdo entre YPF y Chevron.

Pero existe otro proyecto que será clave para el desarrollo del nuevo parque shale, en la meseta. Está bajo análisis la construcción de una ruta que una la Autovía Norte con la ruta 51. Sería una línea recta que cruzaría la planicie y que permitiría sacar todo el tránsito pesado del tramo urbano entre Neuquén y Centenario, por ejemplo. A su vez, se planifica otro camino que una la meseta con el aeropuerto Juan Domingo Perón, donde el gobierno aspira a que funcione una terminal de carga. Ésta cumplirá un rol clave a la hora de bajar costos para el sector, ya que muchos insumos podrían llegar por este medio.

IMPORTAR, UNA MISIÓN DIFÍCIL

Casi todos los equipos de trabajo para la industria petrolera son importados. Y si bien el gobierno nacional parece haber relajado algunas de las trabas para ingresarlos al país, aún se registran episodios curiosos. Según contó un empresario del sector, sólo se pueden traer sin inconvenientes equipos "usados sin ruedas". Por esta razón, los que quieren ingresar máquinas nuevas primero deben hacer una escala técnica y usarlas por unas pocas horas en otro país para que sean consideradas usadas.

De todas formas, todos coinciden en que los inconvenientes se solucionaron. Ahora piden agilizar los trámites de Aduana y por eso el gobierno provincial busca que una sede del organismo se instale en la meseta neuquina. De esta forma, los equipos podrían ingresarse por allí, ganando tiempo y reduciendo los costos. Otro inconveniente que se tiene por estos días es la falta de maquinaria. Es que la demanda de Estados Unidos es tan alta que consume casi toda la oferta mundial.

Fuente: Diario Río Negro

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