El proyecto Cauchari-Olaroz, con una inversión de 900 millones de dólares, duplicaría la producción actual del pais de carbonato de litio.

Si bien el oro y la plata son los principales minerales que produce Argentina, ya que representan más del 70% de las exportaciones totales del sector minero, el mayor potencial de crecimiento se presenta en el litio y el cobre.

En el primer caso, la puesta en marcha en junio de la tercera planta productora de carbonato de litio del país, la segunda en la provincia de Jujuy, más las ampliaciones de las operaciones que ya producen, el avance en la construcción de otros cinco proyectos que están en proceso de ejecución de la ingeniería de detalle y otros tres en etapas avanzadas, podrían posicionar al país hacia 2030 como un importante actor geopolítico, explicando al menos el 20% de la oferta total de este insumo crítico para la fabricación de baterías de autos eléctricos. En el caso del cobre, la puesta en marcha de 4 de los proyectos más avanzados ubicaría al país entre los primeros 10 productores con cerca del 3% de la oferta global.

Distintos análisis marcan que la demanda mundial de litio se multiplicará exponencialmente en los próximos años, por lo que la oportunidad para la región es considerable. De hecho, las empresas se asocian a las mineras para financiar sus proyectos, a cambio de garantizar el insumo que logren extraer.

En ese marco, se debate internamente cómo aprovechar y potenciar los ingresos para el país y las provincias a partir de la extracción del recurso: desde proyectos para fabricar baterías de litio, avanzando en planes de industrialización, hasta la propuesta para nacionalizar su gestión -hoy, en manos de las provincias- y considerarlo “recurso estratégico”, con el fin de coordinar con los países de la región y establecer un precio unificado. Todo avanza mientras los anuncios de inversiones se suceden, aunque el sector privado advierte una vez más sobre la necesidad de reglas clara para continuar los proyectos. (...)