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Más energía para un país que crece

15/12/2011 | ARGENTINA | Notas Destacadas | 4086 lecturas | 676 Votos



La Argentina necesita invertir en el área de un 2,5% a un 3% del PBI. Es para poder hacer frente a la demanda, según diversos estudios. En los últimos dos años el país se convirtió en importador.




La energía sigue siendo un motivo de preocupación estructural en el país, a tal punto que diversos consultores aseguran que si bien en los últimos dos años hubo avances en el sector, se necesita por lo menos de 2,5 a 3% del Producto Bruto Interno (PBI) para poder hacer frente a la demanda que requiere un país que está en constante crecimiento económico. Ésa es la principal conclusión a la que arribaron especialistas y entidades del sector después de considerar que el panorama sigue siendo complicado tanto a nivel de exploración, producción y distribución de gas y petróleo y generación, transporte y distribución de energía eléctrica.


Sin dudas que desde hace tiempo se da un cóctel complicado de digerir en el sistema energético argentino. Falta de reglas claras, de estabilidad de normas e inexistencia de una política tarifaria apropiada han determinado que el esquema se vaya manteniendo con lo que puede y no con lo que se necesita para que el sector pueda captar un mayor nivel de inversión y desarrollo.


Tal es así que la Argentina se ha transformado en los últimos dos años en un neto importador de combustibles líquidos y de gas, lo que ha generado un grave problema en la balanza comercial del país en el transcurso de este año, provocando una caída en el superávit del intercambio del comercio exterior en el orden del 30 al 35%. De allí es que el gobierno se vio obligado a restringir las importaciones, utilizando la estrategia de la manta corta, donde siempre queda algo descubierto y que finalmente provoca "resfrío o gripe".


Ahora bien, mirando las cifras energéticas globales que elabora el Indec se observa en el Indicador Sintético de Energía (ISE) que la producción de las formas secundarias de energía en el acumulado de diez meses de 2011 mostró un crecimiento del orden de casi el 2%. Dentro de este panorama general, en el sector gasífero, el último informe del Indec consigna que si se compara el acumulado de los nueve meses del año 2011 con igual período del año pasado, se observan alzas en el gas entregado a residencias, comercios, industrias, entes oficiales, estaciones de gas natural comprimido y centrales eléctricas.


En cambio, experimentó descensos el gas destinado a subdistribuidoras. Con respecto al sector petrolero, el Indec señala: "En materia de producción de derivados del petróleo, la variación acumulada en los nueve meses de 2011 –en comparación con igual período de 2010– presenta incrementos en naftas de mayor octanaje, asfaltos, gas licuado de petróleo y combustible para retropropulsión; mientras que experimentaron descensos las producciones de nafta común, querosén, fuel oil, diesel oil y lubricantes".


Señala que en lo referente a la venta de subproductos del petróleo al mercado interno, la variación acumulada entre los períodos antes mencionados, presenta incrementos en naftas de mayor octanaje, gas oil, aeronaftas y asfaltos. En cambio –agrega– experimentaron descensos los despachos locales de nafta común, querosén, diesel-oil, fuel oil y lubricantes. En cuanto a las exportaciones de derivados del petróleo, para la misma comparación, se observaron alzas en las ventas externas de aeroquerosén, lubricantes para automóviles, nafta virgen y propano.


Y se vieron bajas en lubricantes industriales, butano, naftas de mayor octanaje y gasolina natural. El trabajo del Indec sostiene que en materia de importaciones de subproductos del petróleo, también considerando ambos períodos, se destacaron las subas en bases lubricantes, lubricantes para automóviles, lubricantes industriales, gas oil grado tres, gas natural licuado y naftas de mayor octanaje. Y registraron descensos las compras externas de: aeronaftas, gas oil grado dos, fuel oil y aditivos para lubricantes.


Y por último, con respecto a la energía eléctrica, la demanda de electricidad tuvo un incremento acumulado en diez meses de 2011 del orden del 5,4%. Más allá del Indec, está claro que en un país que tiene semejantes nivel de crecimiento económico, la demanda energética mostró niveles de incrementos significativos que al Estado le costó notablemente poder cubrir. Para ello tuvo que recurrir a determinados cortes de electricidad en algunas zonas del país durante el último verano y lo mismo ocurrió con el gas en invierno. Además, el panorama sigue mostrando un claro déficit de distribución de gasoil y naftas en el interior del país, cada vez es más crónico.


EL PUNTO CLAVE


En base a parámetros y lineamientos establecidos por la Internacional Energy Agency (IEA), para sostener el crecimiento económico en la Argentina de un promedio del 6%, el país necesita invertir el 2,5% del Producto Bruto Interno (PBI) en su sistema energético global. Esto representa entre u$s 10.000 y 12.000 millones anuales para que el país pueda enfrentar una demanda creciente y evitar faltantes de combustibles líquidos, de gas y energía eléctrica.


El punto neurálgico que sostienen los especialistas es que de esos 10.000 a 12.000 millones de dólares anuales que necesita el país en inversión energética, entre el 60 al 70% se debe orientar hacia exploración y explotación de producción gas y petróleo y el resto se debería repartir entre energía eléctrica y otras fuentes alternativas, como la solar o eólica. Pero la Argentina no deja de sorprender por su falta de previsibilidad. De acuerdo, entonces, a parámetros internacionales, la Argentina necesita invertir entre 10.000 y 12.000 millones de dólares, lo que representa un monto de 42.000 a 50.000 millones de pesos.


Justamente, este año se prevé que esa última cifra será la que el Estado invertirá en subsidios para el sector energético. Hasta junio se viene gastando un monto de 30.000 millones en subsidios. No se invierte en lo estructural pero se destinan cifras similares a subsidiar. "Detrás de los subsidios no queda ninguna obra, no hay nada. No hay política energética: todo es a cortísimo plazo, buscando rédito político inmediato, sin mirar hacia delante. Es increíble: tenemos récord de venta de autos, pero no hay nafta para ponerles", fue la frase concluyente de Daniel Montamat, exsecretario de Energía y actual consultor.


"Aquí la situación es elocuente. Hemos estado sobre explotando lo que está en producción y haciendo mínima inversión exploratoria. Vale la imagen de varias bombillas en el mismo mate. Nos hemos olvidado recargar el termo, que son las reservas. En esto se puede buscar una explicación técnica o una explicación conspirativa. La técnica: hay una responsabilidad primaria de la política energética que ha desplegado este Gobierno para que se haga lo que se ha estado haciendo. Las empresas petroleras aquí y en el mundo no hacen un regalo, discuten el negocio en términos de apropiación y distribución de renta petrolera", apuntó Montamat.


El especialista explicó que "en este período 2003-2011 las reservas comprobadas de petróleo con producción declinante cayó un 1% y las de gas natural cayeron 43%". Y además, explicó, hay problemas graves en infraestructura, ya sea en almacenamiento, transporte y distribución de las distintas fuentes energéticas del país. Otro consultor, Camilo Tiscornia, dijo: "Hace falta una política energética que contemple un esquema tarifario real, las prioridades, las inversiones y el desarrollo de la infraestructura en función de las proyecciones macroeconómicas del país".


Tiscornia apuntó que la crisis energética también se ve reflejada en la balanza comercial de la Argentina. En este sentido, subrayó que de un superávit de más de 6.000 millones de dólares en el sector energético registrado en el año 2006 se pasará este año a un déficit superior a los 800 millones de dólares. "Lo peor es que hubo 20 años de superávit comercial en el sector energético que se corta en este 2011 con un déficit y lo más grave es que ese desequilibrio podría aumentar en el próximo año", advirtió.


¿Por dónde pasa la solución? La respuesta de Montamat: "Estrategia, precios y certidumbre. Necesitamos una estrategia a largo plazo para el sector energético. Lo que sucede con petróleo y gas se relaciona con generación eléctrica, con lo que pasa con el surtidor final, y todo tiene que ir en un plan de largo plazo. A su vez, va a tener que cambiar la relación de precios, si se quiere pasar la renta al consumidor son subsidios que terminan beneficiando más a la ciudad capital y Gran Buenos Aires, más a la clase media para arriba que a los pobres".

Fuente: Diario Río Negro

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