
Los caños irán hasta los 5.300 metros de profundidad, para, bien abajo, husmear la formación geológica Precuyana aunque antes tomaron muestras (coronas) de las muy prometedoras Los Molles y Vaca Muerta.
Fleiss es el company man de la empresa petrolera Apache, que desde mediados de diciembre explora el yacimiento La Calera, ubicado a unos 30 kilómetros de Añelo.
FLORA ACHAPARRADA
AquÃ, rodeado de una flora fanáticamente achaparrada, se erige una torre de más de 50 metros que desde mediados de diciembre no deja de golpear las herramientas que, hasta el miércoles, habÃan alcanzado los 4931 metros, en una mecánica e invisible aventura que Eduardo describe con precisión de GPS. Van en busca de gas y petróleo, del convencional y del no convencional, de shale gas, de shale oil, de tight gas, nombres que a esta altura increÃblemente suenan familiares incluso fuera de la industria.
"Siempre se supo que estaban los no convencionales, la diferencia es que en los últimos años sabemos que los podemos sacar", explica Fleiss bajo el sol del mediodÃa a un periodista y a un reportero gráfico de "RÃo Negro", especialmente invitados a La Calera. Los caños que se apilan como atados cual imposibles cigarrillos de 30 metros se engarzan uno con otro, golpe a golpe. Y bajan, por arte y potencia de un equipo que tiene la misión de atravesar las once capas entre las cuales hay varias sospechadas de esconder petróleo y gas.
MUCHO CAMPO
Eduardo tiene mucho campo encima. Anduvo por el sur del sur, por Chubut y por la vecina Loma de la Lata, entre otros lugares. Es un "viejo". Como su gente. Es que todos aquà se llaman "viejos". Ha de ser por cómo se curten las caras por el frÃo que los hombres del petróleo decidieron llamarse asÃ. "Con 40 grados te morÃs, pero te mojás la cabeza y zafás, pero cuando tenés tres o cuatro grados bajo cero, un fierro te quema la mano y eso no lo podés contrarrestar", explica Fleiss.
¿Qué significa para vos ir a 5.300 metros?
Es un desafÃo: cuando estás explorando vas descubriendo y esa acción en sà ya resulta fascinante, ir tan profundo aumenta un poco más ese desafÃo", afirma.
Los hombres de Fleiss auscultan piedras y gases, texturas y durezas en busca de hidrocarburos en este pozo exploratorio considerado récord en la provincia de Neuquén y la Cuenca Neuquina, que alcanza a las provincias de RÃo Negro, Mendoza y La Pampa.
"No puedo decir que es el más profundo, sà te puedo afirmar que es el pozo vertical más profundo del que tenga conocimiento", afirma exhibiendo las fotos de las muestras (de Los Molles y Vaca Muerta) que hace algunas semanas viajaron hacia un laboratorio de Estados Unidos especializado en el análisis de rocas. Esos estudios petrofÃsicos dirán si es factible una explotación rentable de petróleo y gas. En Los Molles, la misma petrolera ha encontrado shale gas en cercanÃas de Zapala (Anticlinal Campamento) y en Vaca Muerta, YPF ha dado a conocer cerquita de aquà la existencia de un megayacimiento de shale oil, un petróleo de altÃsima calidad.
RESULTADO QUE JUSTIFIQUE
Aún si lo supieran nadie dirÃa nada hasta que los técnicos digan que sÃ, que está, que hay petróleo y gas y que la aventura fue un éxito. Si el resultado no justifica una explotación intensiva, el consuelo será el conocimiento. Que se sabe un poco más de la cuenca en un área profunda y de extensas capas. "Hay que tener en claro que se trata de un pozo exploratorio, estamos conociendo cada detalle. Cuando levantás una piedra no sabés lo que vas a encontrar abajo", graficó. Al terminar esta operación, la empresa Apache Argentina habrá invertido unos 17 millones de dólares en el desarrollo del pozo LCa.xo-2001, a cargo del equipo DLS147, que en el campo lidera Eduardo Fleiss.
Es dura la tarea de punción: comienza con caños de 26 pulgadas de diámetro, que se achican a 17 pulgadas, y a 8 y medio lidiando con distintas presiones, gases y temperaturas. Con el riesgo de que una pieza se rompa y deje en peligro de naufragio a la operación. "Éste es un equipo, todos dependemos de todos", dice Eduardo mientras explica cuál es la función del enganchador, que trabaja a 30 metros acomodando desde una suerte de mangrullo los caños que, más abajo, los boca de pozo de pies embarrados engarzan hacia el objetivo. Faltan unos dos meses para ello.
Fuente: Diario RÃo Negro
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