
El talón de Aquiles de la seguridad del paÃs es la energÃa. Chile está a la cabeza de los paÃses sudamericanos dependientes de la importación de insumos para mover industrias y su transporte. Las importaciones alcanzan a 97% del consumo de petróleo, 84% del carbón y 70% del gas. Cualquier interrupción del flujo de crudo tendrÃa efectos devastadores para la economÃa nacional pues paralizarÃa el grueso del transporte. Además golpearÃa el precio de la electricidad ya que 12% de la generación se hace con diesel. Baste con ver lo ocurrido desde el año pasado en que el megavatio hora (MWh) subió desde 135 dólares a 228 en el primer semestre del año en curso.
Con seguridad la mayorÃa de los consumidores han notado la diferencia en sus cuentas. La recién formada Comisión Ciudadana Técnica Parlamentaria de EnergÃa, integrada por parlamentarios de todo el espectro polÃtico y diversas organizaciones no gubernamentales, sostiene que el modelo energético chileno es disfuncional para los intereses nacionales y el de los consumidores. La ley general de servicios eléctricos fija dos objetivos prioritarios. El primero es garantizar la operación más económica. Está a la vista que esta meta no solo no se cumple sino que, por el contrario, el paÃs tiene uno de los precios más altos de venta de la energÃa eléctrica en la región. El segundo objetivo es preservar la seguridad del servicio.
Algo que tampoco es logrado a satisfacción pues el paÃs depende de importaciones que pueden verse interrumpidas. BastarÃa un conflicto con Irán, por citar un caso, para que los mercados dejen de operar como tales. El asunto de fondo es que sucesivos gobiernos han hecho poco y nada para incrementar la seguridad y autonomÃa energética nacional. Algo que es posible aumentar mediante un desarrollo decidido de las energÃas renovables no convencionales (ERNC). Apenas el 3% de la energÃa eléctrica producida corresponde a fuentes de ERNC: un 1% es eólica, otro 1% es hidroeléctrica (centrales de menos de 20 MW) y el 1% restante corresponde a biomasa.
De acuerdo a la Asociación Chilena de EnergÃas Renovables (ACERA) los precios de venta de las ERNC oscilan entre 60 dólares MWh para la biomasa y los 180 dólares el MWh para la energÃa termo solar. Más económicas que los 220 dólares el MWh de las centrales diesel que se han multiplicado en el último tiempo. La irracionalidad económica y las desventajas sociales del sistema eléctrico chileno son evidentes. La razón para su continuidad descansa en los intereses creados de las 3 empresas generadoras que controlan 84% de la energÃa del Sistema Interconectado Central que cubre desde Taltal a Chilóe, en el norte del paÃs la concentración es aún mayor. La Comisión Ciudadana postula que es urgente invertir en las ERNC que bajarán el precio de la electricidad que consume cada chileno, hará más competitivas a las empresas que contarán con energÃa más económica y contribuirá a descontaminar el aire que se respira en el paÃs.
Fuente: La Nación (Chile)
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